¿Nueva edición del Toyota GT86 con motor de 2,4 litros?

En 2021, el Toyota GT86 cumplirá nueve años y sólo entonces cambiará la fórmula del pequeño deportivo. Al menos ese es el rumor que llega de Japón, donde Toyota está trabajando en un sucesor con un motor más grande. ¿Buscas un coche de ocasión? Te recomendamos el concesionario Crestanevada de coches de segunda mano.

Lanzado en 2012, el Toyota GT86 no es conocido por sus gordas y negras cifras de ventas, sino por las caras sonrientes de sus propietarios. En comparación con el modelo crossover C-HR, por ejemplo, del que se vendieron más de 100.000 unidades (Europa) el año pasado, apenas se vendieron 1.500 unidades (Europa) del GT. El pequeño coche de tracción trasera es y sigue siendo un exótico. Este ligero y divertido vehículo con motor bóxer de 2,0 litros, unos 200 CV y algo más de 200 Nm de par es un invitado habitual, especialmente en los paisajes montañosos japoneses. Sólo unos pocos coches actuales ofrecen tanto placer de conducción, especialmente a un precio tan bajo.

¿Más potencia = más unidades vendidas?

Lo que siempre se ha interpuesto en el camino de una mayor popularidad del Toyota GT86 es el motor. Aunque los 200 caballos son más que suficientes para proporcionar placer de conducción lateral, para algunos no es suficiente. Por tanto, el sucesor se centrará principalmente en el motor. Según fuentes japonesas, Toyota (junto con Subaru) está trabajando en un nuevo motor de 2,4 litros. El motor se instalará aún más bajo, lo que debería dar al coche un centro de gravedad aún más bajo.

¿Cuánta potencia produce el nuevo motor de 2,4 litros?

El aumento de 400 centímetros cúbicos podría elevar la potencia a unos 230 CV. Si buscas un poco, ya existe incluso un motor de 2,4 litros en el Subaru Ascent con el FA24. Su potencia nominal es de 264 CV y 375 Nm de par. Sin embargo, esto también depende de la turboalimentación, lo que iría en contra de la filosofía actual del GT86. En caso de que la nueva edición ya no dependa del motor atmosférico, sino del turbo, los ingenieros se verían obligados a cambiar radicalmente el equilibrio del coche para conseguir el mismo placer de conducción que antes.