El Nissan Qashqai

En un segmento cercano a la saturación, cada movimiento puede defender sus posiciones. Sobre todo cuando se afirma que es el pionero. Difícil soportar los asaltos de una competencia desinhibida cuando se pretende ser el pionero de los crossovers modernos. Para su segunda generación de Qashqai, Nissan no se duerme en los laureles y ya le ofrece un restyling. El frontal ha sido rediseñado sobre la base del último modelo Micra, que incluye unos faros refinados.

En contra de las apariencias, el capó es en realidad una pieza totalmente nueva, que desciende por la parte inferior de la parrilla adornada con un logotipo plano de Nissan que en realidad esconde un radar de asistencia al conductor. El parachoques está completamente rediseñado. Es más agresivo y se deshace de los faros antiniebla redondos y se deshace de los rectangulares.

Un poco más de personalidad es lo mínimo que se necesita para enfrentarse a un Peugeot 3008 que está decidido a dominar el segmento. En la parte trasera, también se han revisado las luces y el parachoques. Y como la competencia tira inevitablemente hacia lo premium, Nissan sigue su ejemplo y presenta un nuevo acabado, denominado Tekna+, equipado de serie con el techo panorámico, un sistema de audio Bose, etc. Para acompañar este movimiento de subida de gama, Nissan sustituye el volante. Su diseño es menos macizo, más gratificante, con un borde más plano y grueso.

Lo que no se ve pero se percibe inmediatamente al volante es el confort acústico, mejorado. Un fenómeno raro en un simple restyling, Nissan ha modificado los materiales de aislamiento de las puertas delanteras y los pasos de rueda traseros. La ventana trasera es más gruesa. Por otro lado, se mantiene el statu quo en cuanto a la gama de motores, que alcanza un máximo de 130 CV en diésel. Un poco corto ante una competencia mucho más ambiciosa.

El motor diésel 1.6 dCi 130, que ya era un buen alumno, ha sido recalibrado y gana en ruido y vibraciones. Sigue siendo el motor más recomendable de la gama en cuanto a compromisos de rendimiento/consumo, aunque, en términos de confort acústico y vibraciones, el «gran» motor 1.6 turbo de gasolina con 163 CV es una agradable sorpresa.

Las ayudas a la conducción se han revisado, y el frenado de emergencia incluye ahora el reconocimiento de peatones. El Qashqai también pretende recuperar su ventaja tecnológica sobre la competencia anunciando su futura disponibilidad con una opción denominada ProPILOT. Esta será la puerta de entrada a la conducción autónoma, ya que el sistema gestionará la aceleración, el frenado, la dirección y el mantenimiento del carril en un atasco o no.

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