Muchas enfermedades pueden afectar al colon. Algunas son benignas (estreñimiento, síndrome del intestino irritable), otras pueden evolucionar hasta convertirse en formas que requieren cirugía y/o medicación (enfermedad de Crohn, cáncer, divertículos, pólipos, etc.).
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Enfermedades inflamatorias del intestino (EII)
Las enfermedades inflamatorias del intestino se caracterizan por una inflamación crónica del revestimiento interno del tubo digestivo. Esta inflamación está relacionada con un mal funcionamiento del sistema inmunitario y con desequilibrios en la microbiota. La EII puede afectar a personas de todas las edades, tanto mujeres como hombres, pero suele aparecer antes de los 30 años. Las causas de estas enfermedades son aún poco conocidas, pero parece que ciertos factores genéticos y el estilo de vida occidental (contaminación, alimentos procesados, estrés, etc.) predisponen a ellas.
Las personas afectadas por la EII alternan fases de trastornos digestivos inflamatorios (dolor abdominal intenso, diarrea a veces sanguinolenta, ganas frecuentes y urgentes de ir al baño con la incapacidad de retenerlo, fiebre, pérdida de peso) y fases de remisión sin síntomas. A veces tienen síntomas no digestivos como dolor en las articulaciones, inflamación de la parte central del ojo (uveítis), úlceras en la boca, inflamación de los conductos biliares.
La enfermedad de Crohn puede aparecer en todo el tubo digestivo (intestino delgado y colon), pero rara vez en el recto. En cambio, la rectocolitis hemorrágica afecta siempre al recto y, en el 50% de los casos, se extiende a una parte del colon o a todo el colon, pero no al intestino delgado.
Las complicaciones de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa pueden ser graves: obstrucción intestinal, perforación del intestino, abscesos, peritonitis, fístulas y cáncer de colon.
Síndrome del intestino irritable (enfermedad funcional del colon)
Se trata de un trastorno benigno y crónico que se manifiesta con dolor de estómago, fases alternas de estreñimiento y diarrea, así como flatulencia, aerofagia y sensación de hinchazón. Evoluciona en brotes que se alternan con fases de remisión. Es muy frecuente (entre el 9 y el 12% de la población), sobre todo en personas ansiosas sometidas a estrés. En el caso del síndrome del intestino irritable, el colon no está anatómicamente dañado, lo que no ocurre con la enfermedad inflamatoria intestinal crónica.
Se desconocen las causas de este síndrome, pero a veces se produce tras una infección intestinal aguda, en casos de intolerancia alimentaria moderada a la lactosa y al gluten, o de dificultad para digerir verduras crudas, legumbres (lentejas, garbanzos, alubias, etc.) o coles.
Cáncer colorrectal
Es el tercer cáncer más frecuente en los hombres, después del de próstata y el de pulmón, y el segundo en las mujeres, después del de mama. Se produce por la transformación y multiplicación incontrolada de las células de la capa mucosa del colon (revestimiento interno). Estas células acaban formando un tumor maligno que provocará diversos síntomas: dolor, sangre en las heces, estreñimiento repentino, diarrea prolongada, anemia, deterioro del estado general de salud (fatiga, pérdida de peso y de apetito). Si no se diagnostica a tiempo, el tumor crecerá y se extenderá a otras capas de la pared del colon. Las células se desprenden, entran en el torrente sanguíneo y crecen en otras partes del cuerpo (hacen metástasis en los ganglios linfáticos, el hígado, los pulmones, el cerebro, etc.).
Los principales factores de riesgo del cáncer colorrectal son la predisposición genética (antecedentes familiares), la edad, la mala alimentación, la inactividad, el sobrepeso, el alcohol y el tabaco.
Pólipos
Los pólipos son crecimientos de tamaño variable que se desarrollan en el revestimiento interno del colon. Pueden ser benignos, precancerosos o cancerosos. Cuanto más grandes son, más probabilidades tienen de ser cancerosos o de convertirse en cancerosos. Suelen ser asintomáticos, pero pueden dar lugar a sangre en las heces.
Diverticulosis colónica
Se trata de una anomalía anatómica que se desarrolla con la edad. Da lugar a la formación de pequeños crecimientos -divertículos- que son bolsas del tamaño de una canica o hernias en la superficie exterior del colon. No provoca ningún síntoma. La diverticulitis es la inflamación de estos divertículos. Puede causar fiebre, dolor abdominal intenso en el lado izquierdo del abdomen, estreñimiento, hinchazón, náuseas y vómitos. La diverticulitis se cura espontáneamente en la mayoría de los casos. Sin embargo, si se complica, la diverticulitis puede provocar abscesos, fístulas, hemorragias, obstrucciones o, si un absceso se desgarra y permite que el contenido del colon pase a la cavidad peritoneal, peritonitis. En este caso, se puede administrar un tratamiento antibiótico.
Obstrucción intestinal
Se trata de una obstrucción total o parcial del tubo digestivo que provocará una ralentización o detención del tránsito. Conduce a una dilatación progresiva de la parte del colon situada aguas arriba, provocada por la acumulación de alimentos y secreciones digestivas, y luego a su hinchazón e inflamación. En los recién nacidos y los niños, la obstrucción intestinal suele estar causada por una malformación o torsión de la pared del colon. En los adultos, las causas más comunes son adherencias tras una cirugía abdominal, diverticulitis, impactación fecal (formación de una masa dura de origen fecal), hernia o tumor. Los principales síntomas de una obstrucción son calambres dolorosos, hinchazón, vómitos, diarrea y pérdida de apetito.