Tormentas en el lago de Garda. El granizo, del tamaño de una pelota de tenis, causó numerosos daños. La ANWB ha iniciado las reparaciones de emergencia.
No es raro que una tormenta pase por encima del lago de Garda, en Italia. Los residentes no parecen sorprendidos por ello y tampoco la mayoría de los veraneantes. Sin embargo, la semana pasada se vieron acosados por las inclemencias del tiempo. Concretamente, granizo del tamaño de pelotas de tenis. No es precisamente agradable cuando estás tumbado en tu tienda de campaña. Así que refugiarse en los aseos no es ningún lujo.
Tu coche también sufre mucho. El granizo causa muchos daños. Pero lo peor es que te impide conducir. Piensa en las ventanillas rotas, que hacen imposible conducir de vuelta a casa. Algunos coches ya no se pueden reparar (rápidamente) y, como consecuencia, la gente tiene que coger el autobús de vuelta a Holanda. ¿Motos de ocasión Madrid? Visita Crestanevada.
Yo mismo conduje el Lynk and Co de vuelta a casa desde Suiza la semana pasada y vi varios coches abollados y maltrechos. También había algunos coches con grandes grietas en el parabrisas y lunas traseras rotas cubiertas con bolsas de basura. Dejaré en el aire si eso es inteligente o no. Parece que las ganas de volver a casa son muy fuertes. Y eso tiene sentido.
Así pues, muchos coches holandeses del lago se encuentran en condiciones deplorables. Por ello, la ANWB ha enviado a tres mecánicos para realizar reparaciones de emergencia, informa NOS. Los trabajadores de emergencia viajan con lunas, trampillas para el techo de las caravanas y láminas arrancables. Esto debería permitir que entre ochenta y cien coches vuelvan a la carretera. Es evidente que la gente está impaciente por volver a casa, y el resto de los daños bien pueden repararse en los Países Bajos.
Ocupado
Los turistas se quedan tirados porque no pueden volver a casa en coche. Los talleres de los alrededores del lago de Garda no pueden hacer frente al trabajo: simplemente están demasiado ocupados. Por eso la ANWB ha enviado mecánicos para que los coches vuelvan a funcionar. En el plazo de una semana, la mayoría de las reparaciones deberían estar terminadas y los veraneantes podrán volver a casa. Ahora sólo queda esperar que los dioses del tiempo estén un poco de buen humor, para que los automovilistas puedan volver a casa con relativa tranquilidad.