Prueba de la Honda CBR 600 RR

Que sea un 600 no significa que no sea eficiente. Esta pequeña potencia tiene mucho que ofrecer. Una evolución del Fs, gana en estabilidad (menos peso en la parte delantera), pero pierde un poco en manejo. Un arma formidable, que tras las pruebas sigue siendo un juguete para adultos.

A primera vista, se parece a la CBR 1000. Sin embargo, es más pequeño y no tiene el mismo esquema de colores. Estos últimos son mucho más bonitos. El modelo que tuve la oportunidad de probar es la versión base negra de 2005 con las alas de Honda a cada lado en gris, pero también viene en rojo, negro y azul, blanco y rojo (más raro y menos bonito).

Muy compacto, la gente alta (como yo) se sentirá como un sapo en una caja de cerillas y para la gente más alta, el hecho de que puedas poner las rodillas en los lados de los carenados es un poco sorprendente pero no necesariamente molesto.

A pesar de la comodidad algo precaria, la posición sigue siendo agradable y rápidamente te sientes a gusto y moverlo desde parado es un verdadero juego de niños con sus 163 kilos (en seco). En el cuadro de instrumentos, nada nuevo, velocímetro, tacómetro, cuentakilómetros, luces de aviso, indicador de combustible. La única característica extra son las luces de advertencia.

En cuanto a la comodidad, no esperes un asiento GT, te espera lo mínimo, pero pronto olvidarás este pequeño inconveniente en medio de la acción. En cuanto al pasajero, lo mejor de esta moto es la funda del asiento.

Una vuelta de llave y a funcionar. A bajas velocidades es muy fácil de conducir, sin necesidad de pensar si pasará entre los coches o no. A medida que aumenta la velocidad, la moto se siente muy estable y gracias a su ligereza de marcha, te encontrarás jugando tanto en una carretera revirada como en las grandes curvas de una carretera principal, sin ser superado por las grandes motos.

Sólo tienes que acordarte de poner el motor en marcha. Y sí, sigue siendo un 600 y un 4 cilindros. Las bajas revoluciones no son una leyenda urbana. Sigue siendo soportable para los pilotos que no son demasiado exigentes y que saben ignorar los pocos tirones, pero si no es así, tendrás que pensar en subir el motor a unas 10.000 rpm, para sacar los caballos. Pero sabiendo que las marchas son lo suficientemente largas, ya tendrás suficiente autonomía para explotar sin tener que cambiar a la 3, luego a la 2, luego a la 3, luego a la 2, … durante toda la subida.

Aunque el motor sigue siendo silencioso a bajas revoluciones, la situación cambia radicalmente a altas revoluciones, señala el concesionario de motos segunda mano Málaga Crestanevada, ¡y te preguntas si has perdido el catalizador por el camino!

A alta velocidad, el pequeño carenado y la pequeña burbuja pueden parecer rudimentarios como protección, pero esto suele ser sólo una impresión.

La frenada sigue siendo la de una moto deportiva: eficaz y muy envolvente. Para evitar morder el depósito cada vez que se frena, el pequeño truco consiste en endurecer la horquilla delantera. En definitiva, una moto sin apenas fallos para los que les gusta combinar nerviosismo, potencia y estabilidad.